Las personas están cada vez más apegadas a los dispositivos tecnológicos. Existen estudios que ya detectan un salto generacional entre las personas nacidas antes de los 90 y los nacidos después de los 90
Las personas están cada vez más apegadas a los dispositivos tecnológicos. Existen estudios que ya detectan un salto generacional entre las personas nacidas antes de los 90 y los nacidos después de los 90 en el uso de los dispositivos móviles.
Antes que nada, responde a estas preguntas ¿Cómo sería tu vida si tuvieras que renunciar al uso del móvil?¿Cuánto tiempo podrías pasar sin utilizarlo?
Es vital, en la sociedad actual, ser capaces de combatir el desarrollo de la tecnología y la inteligencia artificial con habilidades y características que nos definen como seres humanos: los valores, la educación y el aprendizaje. Todo esto lleva tiempo y, si no somos capaces de remediarlo, tendremos graves problemas como sociedad.
El acceso instantáneo a la información tiene sus puntos positivos pero también, si no somos capaces de controlarlo, muchos puntos negativos. Nos ayudan a comunicarnos de forma más cómoda y efectiva, es cierto, pero también comienzan a generar problemas de soledad y aislamiento. Un estudio psicológico de Reino Unido, admite que el uso excesivo de las redes sociales está relacionado directamente con una mayor sensación de soledad. Algunas personas encuestadas, que pasan más tiempo interactuando con ordenadores y móviles muestran una mayor sensación de soledad. Es curioso que, en la época de la hiperconexión, cada día más gente muestre sentimientos de soledad.
Otro informe de la agencia Thomson Reuters muestra que muchos cirujanos han encontrado dolencias en cuello y espalda causados por problemas de postura debidos al uso (y abuso) de dispositivos electrónicos como móviles, tabletas y ordenadores.
Es importante entender las herramientas de inteligencia artificial como, por ejemplo, los asistentes virtuales, como elementos de ayuda en nuestro día a día y en la mejora de la toma de decisiones, no como sustitutos de nuestras relaciones o formas de vida, ni para que hagan todo por nosotros. La dependencia excesiva de estas tecnologías en nuestro día a día puede poner en peligro algunas características que nos hacen únicos a los humanos, como son las conexiones sociales o la capacidad crítica.
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